Dedicado a mí que creo en los sueños y los tengo también con los ojos abiertos. Que me gusta un abrazo de verdad, no una palmadita en el hombro. Que ante el amor, pierdo la lógica. Que no puedo decir «te amo» fácilmente, pero si lo hago, es con verdad absoluta.
A mí, que no me gusta la gente que se victimiza y sufro si me compadecen. Que odio las traiciones, pero también sé perdonar. A mí que no puedo ser mala en ciertos momentos, aunque a veces me gustaría. Que no me pongo en el mismo plan de quien me hace daño buscando venganzas.
A mí que soy tremendamente exigente conmigo misma y aguanto mal los fracasos. Que soy incapaz de pedir ayuda, pero sí sé darla a quien lo necesita. A mí, que soy algo desconfiada, pero de grandes impulsos de empatía, comprensión y afecto. A mí, que a menudo me siento culpable por responsabilidades no mías.
A mi que no puedo dejar llevar en mi recuerdo bonitos días vividos, aunque algunos deberían borrarse. Que siempre me pregunto el «por qué» de ciertas actitudes. Que no tengo miedo de expresar sentimientos y emociones o volver a jugar. Que soy demasiado tolerante, incluso, con quien no lo merece. A mi, que a veces, parece que tengo una coraza pegada a la piel, pero soy muy vulnerable por dentro y a los que, como yo, nunca pierden de vista sus sueños…
Editado y Publicado por: Rovica.
¡Enhorabuena! Un abrazo.
Gracias Carlos. Buenas noches y feliz descanso. Otro abrazo para ti amigo 😊😘
«…A mí que soy tremendamente exigente conmigo misma y aguanto mal los fracasos. Que soy incapaz de pedir ayuda, pero sí sé darla a quien lo necesita…»
No es malo pedir ayuda. Eso nos hace más humanos.
Cálido abrazo.
Cris.
Es así…tal cual. Muchas gracias. Un abrazo grande amiga Cris 🤗😊