Creo en el amor. En su poder y su magia. En su orden y su desorden. En su quiero y no puedo. En su puedo y no quiero. Y en ambos, los dos, orden, cualquiera y viceversa.
Creo en el amor. Después de haber perdido, de haberme encontrado y de haber vagado sin rumbo. Antes de haber ganado, antes de haber vivido, antes de haber reído y antes de haber tocado la felicidad como quien le roza las alas al viento.
Creo en el amor. En el primero, que me arañó el alma para siempre. En los de después que me enseñaron y con los que aprendí a escucharlo y comprenderlo. Y, sobre todo, en el que esté por venir, que quiero cuidar como se cuida aquello que no quieres perder.
Creo en el amor. A pesar de todo el sufrimiento. Del vacío, del después, de los silencios. De las derrotas y los naufragios. De las lágrimas, las noches en vela en lo que buscaba un consuelo al desvelo.
Sé que el amor puede mover el mundo. Ponerlo patas arriba y darle la vuelta a todo. Es capaz de hacer lo imposible posible y lo improbable, en realidad.
Dos corazones son capaces de latir de tal forma, con tal fuerza, con tantas ganas, que pueden con todo. Y con todos…
Sigue creyéndotelo porque el amor, a pesar de los pesares, seguirá moviendo al mundo. Y en tiempos difíciles más. Me alegro de tu vuelta, pero no sé por qué no me sales en el lector y te leo a través del correo electrónico, pero no importa, ya sabes los caminos estos como van. Un abrazo
Muchas gracias amiga. El amor nos ilusiona, nos eleva y nos hace creer que todo es posible; es lo más extraordinario que puede pasar en la vida del ser humano. Paz sí, ya me he dado cuenta que no se ve publicado mi post de hoy en el WordPress, sin embargo, no puedo entender porqué al verificarlo, me indica que sí está publicado, cuando en realidad no es así🤔🤷♀️. Un abrazo grande.