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Me parece que hay algunos que deben ser más inhumanos que otros. Pero podría ser lo contrario. Un besazo.
Por desgracia hay algunos mucho más inhumanos que otros, llevas toda la razón Carlos. Un abrazo
Parece como si lo prohibido se revistiera de un halo de atracción irresistible para nosotros. En el fondo es una manifestación, digamos casi natural, que tenemos las personas por matar la curiosidad y por conquistar la libertad. Hola Rovica. Un placer saludarte nuevamente.
Así es tal cual dices Manuel. Lo prohibido es esa necesidad, esa atracción o esa curiosidad propia del ser humano de conocer y explorar, nuevos límites. Muchas gracias. Un abrazo amigo.
La curiosidad, unas veces para bien y otras no tanto. En cualquier caso va inherente a nuestra condición. Un abrazo.
Así es. Te cuento algo Paz, debido a mi permanente curiosidad por aprender, mi profe me dijo, no hace mucho, que la curiosidad es la primera de las fortalezas humanas e imprescindible para nuestra supervivencia. La curiosidad nos empuja a emprender retos, asumir riesgos y por tanto, es un eficaz antídoto contra el miedo y la incertidumbre. Un abrazo grande.