Un día de playa puede cambiar tu energía. Hundir los pies en la arena y perderse en la belleza del mar; eso es ser libre. El sol y la arena son indicios de que la felicidad más pura, existe. Cada grano de arena del mar conforma una parte del tiempo que aún nos falta por recorrer…
I am happy anywhere I can see the sea. (Soy feliz en cualquier lugar donde pueda ver el mar…)
Publicado por: Rovica.
Siempre que busquemos conseguir un cambio, hay que recordar que el hábito (bueno o malo) se crea a partir de esas pequeñas decisiones que has hecho sobre el tiempo. Hasta que esas decisiones se automatizan y solo actúas perdiendo la voluntad de decisión. Al llegar a este punto es donde se tiene que hacer cambiar la rutina como bien lo explicas en tu artículo. Una excelente lectura para un sábado confinado. Saludos Rovica.
Llevamos demasiado tiempo con las restricciones, cambiar de aire, es casi, una necesidad imperiosa. Para mí, no hay nada mejor y más necesario, que observar y sentir el mar. Buen finde amigo Manuel. Un abrazo.
Igual para ti.
Si no tuviera el mar al lado tendría que inventármelo o imaginarlo, claro. A mí me da la vida y tengo que verlo todos los días, de cerca o de lejos. Disfrútalo y un buen sábado.
En el mar la vida es diferente. No está hecha de horas, sino de momentos. Paz he querido hacer un comentario en la última entrada de tu blog, pero, esta vez, no hay opción para comentar. Buen finde amiga. Un abrazo.
Cuando los sentidos escriben el silencio es el que responde. Lo sé he querido hacerlo así. Lo escribí de madrugada en una noche prácticamente en blanco. Sentía todo eso y más. Te acepto este como comentario. Gracias querida amiga. Un abrazo.
Very nice 🙂 Ciao!
Gracias Alberto😊
Estaría perfecto si todos pudieran pasear al borde del mar. ¡Envidia que me das! Un besazo.
Sí Carlos, ojalá pronto volvamos a «la normalidad», para así tener todos la libertad de ir, a donde a cada uno, le plazca. Un abrazo amigo.