Hola amigo@s lector@s
Hoy, desde El Rincón de Rovica: Confesiones…Con la noche. Las causas…pura consecuencias…»Emergen los sueños entre viejas frases, en las noches vacías, en las mañanas dormidas, en la gris bohemia vestida con ráfagas de destino…»
Entendemos después de muchas lágrimas, que es imposible debilitar los recuerdos, esconder los detalles, despejar las nubes, disfrazar la ausencia, su desolación y que «nada» …también es siempre algo.
Comprendemos que postergar decisiones es darle la victoria a los momentos fallidos, que por haber dado oportunidades no somos acreedores de nada y con dolor se asume que no se pierde «lo que jamás se tuvo».
Con los años comprobamos que las virtudes son un desfile de cualidades con fecha de vencimiento, que nuestras miradas ven lo que no es, lo que no existe, son solo dibujos del sentir… y así las que creímos grandes historias van perdiendo sus rostros y su encanto, cuando frente al espejo de los hechos… cae el antifaz del ciego y se rompe el silencio de los mudos… «nada es para siempre, ni para bien ni para mal».
Con los tropiezos que diluyen ilusiones y desarman el corazón… se abre la dimensión que separa el halago efímero, la distancia escondida, las palabras jamás oídas, las que pronunciamos por discrepar…nos resumimos en actitudes que lastiman y en abanico la vida nos presenta la realidad que tanto confundimos en el «jamás» tan tardío, tan esperado… cómo tan prometido.
El tiempo nos enseña a interpretar, a respetar secretos, a entender silencios, a no morir en momentos difíciles, de los misterios del desapego y que también el arco iris necesita de lluvias para aparecer.
Recibimos una vida inocente, ingenua, simple y carente de vicios…debemos completar cada página en blanco, en garabatos plasmar la geografía de nuestro camino…
Entre leyendas, vivencias, estímulos, carácter…viviremos la gran aventura de sortear obstáculos para impedir heridas…a pesar de ello es inevitable la sentencia de la tristeza, nos desvelamos sin límite de tiempo, sumamos dolor, y las penas navegan sin rumbo en su lírica travesía… nos empobrece en apariencias ajenas, en rótulos acusadores, en personas que nada merecen y perdemos el alrededor en cada inconsecuencia.
Todo se termina, todo renace…en todos los momentos en todas «las causas».
Nada tendremos si poco hemos brindado, no habrá luz si nos doblegamos en mentiras, no encontraremos empatía sin ocupar el lugar de otro, los ciclos se repetirán ineludiblemente si nada en nosotros cambia, el futuro será prisionero del presente y espectador del pasado en todos los detalles, en todas «las causas…» al borde de las sombras, entre remolinos de lejos.
No tiene sentido apostar a ciegas…perder identidad, distraernos, desesperar, demostrar, dejar de ser amables, … no es demasiado tarde para el sol….ni demasiado temprano para la luna…