Ni llego a todo, ni lo hago todo bien… Me organizo como puedo, a veces, tengo que cambiar “lo planeado en el día” improvisando, porque hay imprevistos que me desmontan todo. Me canso, me agoto y a veces siento que no puedo más. El día tiene pocas horas para mi. Siempre hay algo que hacer. No hay frenos, nos los ponemos nosotros. Creo sinceramente que una persona puede hacer lo que se proponga. Lo creo profundamente. ¿No sabes? Aprende. No te pongas frenos. No vale la pena. No te hagas pequeñ@ sin creer en ti. Cree y quiérete. Puedes.
Objetivos, ilusiones, proyectos. ¡Tenlos y lúchalos! El otro día se lo dije a una persona muy especial: creer en ti, saberte capaz de lo que quieres, aprende si lo necesitas, haz lo que te propongas, equivócate y vuelve a empezar. Eso te hace libre. Y feliz. Porque descubres que eres capaz. Capaz de hacer, de aprender, de equivocarte y rectificar. Capaz de ser tú. Ese tú que no está atado a nada, sino auténtic@ y únic@. Porque eso es lo que eres.