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  • Categoría de la entrada:Reflexiones y Pensamientos
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  • Última modificación de la entrada:10/01/2025

 

 

 

Cuando era pequeña, mamá me cantaba una canción que hacía que se calmaran todos mis miedos. Se tumbaba a mi lado en la cama y encontraba en mí el botón exacto para apaciguar mis pesadillas. «No llores mi niña, que los miedos no son reales, que mamá está a tu lado». Y desaparecía la oscuridad sin encender las luces, y aparecían en mi mente campos llenos de flores y helados de chocolate que me llevaban a sueños placenteros y dulces. Luego amanecía, y la luz del día me traía de la mano la tranquilidad y el sosiego que debe brillar en todos los niños. Entonces mamá me miraba con satisfacción, sabiendo que ya cotizaba en lo más alto como guardiana de mis sueños. Con los años, mamá ha dejado de cantarme nanas y los miedos ya no tienen un botón de off en mi espalda. La pobre ha intentado por todos los medios posibles que nadie rompiera la fragilidad de su niña, y sin embargo, yo me he hecho fuerte a través de los golpes de la vida. No existen las burbujas mamá, le digo una y otra vez. Y lo sabe, lo sabe, pero le duele porque me quiere. Los miedos no son reales, me sigue diciendo cada día. Y es verdad mamá, pero a veces añoro aquella nana y dormirme plácida y feliz en tus brazos. No he crecido tanto como a veces parece, pero ya he amado hasta romperme y ni siquiera sé si él te hubiera gustado para mí, o lo hubieras deshechado en el primer reconocimiento. He discutido con gente a la que quería mamá, y he llorado al perder a personas a las que consideraba fundamentales. Me he caído en el intento por superarme cada día más, he pecado por ambiciosa y he volado cometas demasiado alto. Ya ves mamá, he crecido y eso tiene consecuencias positivas y negativas, pero qué alegría tan grande saber que hay un lugar donde sentirme siempre niña, unos brazos que siempre querrán cuidar de mis sueños más profundos.

Publicado por: Rovica.

Esta entrada tiene 2 comentarios

  1. Sabius

    Que bonito Rovica. Es natural que volemos, con mayor o menor fortuna, eso nos hace fuertes, pero no hay nada como el cálido abrazo de una madre, reconfortante y tranquilizador. Y para recibirlo cualquier momento es bueno. Yo ya no lo puedo recibir y te aseguro que a veces lo echo en falta. Un abrazo.

    1. Rovica

      Muchas gracias sabius. Sin duda, mi mejor refugio y mi mejor medicina: los abrazos y besos de mi madre. Una madre la parte fundamental de la familia, al igual que un padre. Un abrazo amigo.

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