El mar se arrodilló a mis pies, me tomó por sorpresa los tobillos y me hizo caer. Jugó conmigo sobre la arena firme y caliente de la orilla. Desde el suelo me rodeo de espuma las caderas, incrustarse en mi piel, bailando una danza loca, sensual y descarada al ritmo del amor que se inventaba, salpicando de su espuma embravecida la playa, que se iba tras de sí feliz y enamorada. Hoy me conquistó una vez más y tumbándome en la arena fui del mar. Me enamoré de sus aguas cristalinas, del viento, de las olas que envuelve y mima mi alma…
El mar se arrodilla a nuestros pies o somos nosotros los que lo veneramos? Hablo por mi. Desde casa lo veo algo lejos y llevo unos días que por demasiadas aglomeraciones no me acerco a él, pero está siempre conmigo. Me inspira, lo sueño, le escribo, No me extraña que tú hagas lo mismo. No hace falta más que te acerques un poco a su orilla para que sea tu fiel confidente de cualquier angustia. Te conquistará siempre. Un abrazo.
Sí Paz, a mi también me enamora. Su inmensidad, luz y belleza me fascina, sea en la estación del año que sea. Aunque no estoy cerca, no puedo dejar pasar días sin verlo y, sobre todo, sentirlo. Buen finde amiga. Un abrazo grande.
el mar…testigo de mis naufragios…veo mis sueños hundirse en él…cuantas veces me acompañó con ella…ya no es sino un recuerdo en este mar de asfalto que navego hoy día…besos al vacío desde el vacío
Ocurre, Cruzar la Noche, que en un naufragio debes elegir entre nadar con coraje o morir…Un abrazo amigo