En un mundo donde los colores del atardecer se reflejaban en las escamas de criaturas majestuosas, vivían dos jóvenes dinosaurios llamados Mateo y Lucía. Lucía, una vibrante Protoceratops, poseía una mirada tan intensa que podría abrirse paso incluso a través de la densa neblina que a menudo caía sobre las praderas de su hogar. Por otro lado, Mateo, un audaz Velociraptor, contaba con un ingenio tan afilado como sus garras, y un corazón aún más grande.
El punto de partida de su historia transcurre en las planicies de Miraluna, llamadas así por su singular característica: cuando la luna alcanzaba su cénit, un gigantesco puente de arcoíris parecía nacer de la tierra, uniéndose con el firmamento. Se decía que quien atravesara el Puente Lunar encontraría el verdadero significado del amor y la unión, un deseo anhelado tanto por Mateo como por Lucía.
Un atardecer, mientras Lucía recolectaba bayas en los arbustos frondosos, escuchó pasos sigilosos detrás de ella. Al voltearse, sus ojos se encontraron con los de Mateo, quien llevaba un pez fresco entre sus fauces. «Traje esto para compartir… si tú quieres», dijo él con un tono tímido. La conexión fue instantánea, una chispa invisible que parecía unir sus destinos.
Desde aquel encuentro, decidieron embarcarse juntos en la búsqueda del Puente Lunar. Caminaron por valles y montañas, sortearon peligros y descubrieron paisajes ocultos detrás de cada amanecer. En su viaje, conversaban largamente, compartiendo sueños y risas. «¿Crees que el puente nos revelará lo que buscamos?», preguntó Lucía una noche, mirando las estrellas. Mateo reposaba a su lado y contestó: «No lo sé, pero lo que más quiero es encontrarlo contigo.» Y el viaje continuó entre confidencias y miradas cómplices.
A medida que la historia se desenvolvía, aparecieron obstáculos inimaginables. Una vez, al cruzar un río turbulento, Lucía resbaló y quedó atrapada entre las rocas. «¡Mateo, ayuda!» gritó con desesperación. Mateo, sin dudar, se zambulló en las aguas y, poniendo a prueba su fuerza, la liberó. Esa noche, acurrucados entre la hierba, comprendieron que su unión era más fuerte que cualquier adversidad.
Los días pasaron y con cada desafío, su amistad crecía hasta transformarse en un sentimiento aún más hondo y poderoso. Una vez, cuando un incendio los sorprendió en la pradera, fue Lucía quien guio a Mateo a la seguridad, utilizando su instinto y sabiduría. «Sin ti, no hubiera logrado escapar», confesó él mientras observaba la destrucción a su alrededor. Era claro que cada evento fortalecía su relación, una prueba para el amor que brotaba entre ellos.
Una noche, mientras la luna llena se elevaba majestuosa en el cielo, el suelo bajo ellos comenzó a vibrar. Lucía y Mateo, aunque asustados, se mantuvieron juntos, expectantes. Entonces, frente a sus ojos, emergió el Puente Lunar, emanando un resplandor que lo hacía parecer tejido con hilos de luna.
«Es más hermoso de lo que imaginé», susurró Lucía, cautivada por el espectáculo. «Solo es hermoso porque lo veo contigo», respondió Mateo, y fue en ese instante cuando ambos se dieron cuenta de que no necesitaban cruzar el puente para encontrar lo que buscaban. El amor estaba en ellos, había brotado y florecido a través de sus experiencias compartidas, y el puente era simplemente un reflejo de sus corazones unidos.
Reflexiones sobre el cuento «El puente lunar y los pasos hacia el abrazo»
La esencia de esta narración yace en el valor de la compañía y el descubrimiento mutuo. A través de personajes repletos de vida y una aventura que despierta la curiosidad, hemos recorrido un camino de valentía y cariño. La conclusión nos sorprende al revelar que, a veces, el viaje y sus vivencias valen más que el propio destino. El objetivo de «El puente lunar y los pasos hacia el abrazo» es entretener y relajar, mostrando que el amor, en todas sus formas, es una odisea donde lo esencial se halla en las conexiones que tejemos con el alma y el corazón.
El camino se va embelleciendo a medida que vamos descubriendo la hermosura de una amada compañía
Desde luego M.Carmen. En el camino descubriremos quien te acompaña de la mano y quien no. Un abrazo.
Mi querida Rovica.
¡Qué hermoso cuento! Me ha encantado cómo has tejido esta aventura de amor y valentía entre Lucía y Mateo. Logras transmitir una ternura profunda a través de sus desafíos y descubrimientos mutuos, y esa idea de que el amor verdadero se construye en el camino es simplemente conmovedora. ¡Gracias por compartir una historia tan preciosa que invita a soñar y recordar lo valioso de las conexiones que nos unen!
Un besito💝😘🌷
A mí también me encantó este cuento Yvonne. Porque se basa en los cimientos de un amor verdadero y describe de una forma bonita, que el amor no necesita artificios, ni se sustenta en esa magia donde las cosas salen bien porque “estamos predestinados”. Obviamente, ello no quita que exista esa chispa donde la casualidad, tuvo quizá gran parte de culpa de que dos personas se encontraran, pero dejando el “halo de magia” a un lado, lo que verdaderamente importa es el día a día, ahí donde las pequeñas cosas, edifican una auténtica relación. Muchas gracias por tu siempre interesantes comentarios amiga. Un abrazo grande🌼😘🤗
Tu respuesta me ha recordado a unas palabras de amor y magia que dejé ayer.
Nada más bello que vivir el amor, esa magia que todo lo puede.
Un besito, mi querida Ro. 💝🌷
Un cuento precioso, Rovica.
Me ha recordado aquella frase: «En un viaje lo importante es el camino, no el destino», sobre todo, añado yo, cuando se hace en compañía.
Me trajo al recuerdo también un relato que escribí hace un tiempo: «El Camino de Plata». Aunque el mensaje y el final son bastante distintos.
Muchas gracias por traernos estos cuentos tan bonitos y reflexivos.
Abrazo Grande.
Me alegra mucho saber que te ha gustado J. Antonio. A mí también me encantó cuando lo leí. Es verdad, en un viaje lo importante es la buena compañia, no tanto el destino. Muchas gracias. Un abrazo también para ti amigo.
Que cuento mas bonito Rovica. Me ha gustado mucho, preciosa imaginación la tuya. Cuando se mayor quiero escribir como tú.
Muchas gracias Javi. Me alegro un montón que te guste. A mí también me encantó cuando lo leí. Un abrazo amigo.
El amor que todo lo puede y esa mano mágica que a veces encontramos para atravesar, a pesar de todo, cualquier dificultad. Solo es necesario ese abrazo sincero y esa compañía impagable que nos fortalezca. Nos es fácil encontrarla, pero existe, tuve la enorme suerte de que se cruzara en mi camino. Buen relato Ro. Un abrazo.
El amor hace posible lo imposible. Enhorabuena querida Paz, por ir de la mano de esa persona que tan feliz te hace. Un abrazo grande🌼😘