He tenido la suerte, sí he tenido la inmensa suerte de querer con toda el alma, de des-querer con honores y de abrazar a quienes me quieren. He tenido la buena estrella de no tirar la toalla cuando de conseguir un sueño se trata. He tenido la suerte de dedicarle horas y horas de trabajo y esfuerzo a lo que me gusta De conocer mis límites a base de superarme y aprender que abandonar una partida en el momento justo, también te convierte en ganadora.
He poseído la fortuna de amar con todo el corazón, ser correspondida y disfrutar de cada instante compartido y de que ese amor que acabó cuando ya no funcionaba y de asumir al fin, que debo abrir las puertas de mi vida a nuevos sentimientos.
He tenido el buen acierto de dejar atrás relaciones tóxicas para la salud del alma y de encontrar otras más alegres que me han devuelto la sonrisa, de mirar al pasado con la perspectiva que sólo el tiempo nos ofrece y de aceptar que gracias a él, soy la que soy. He tenido la dicha de sentirme inmensamente querida. De entregar besos absolutamente deseados y de llorar de la risa. De llorar en otros momentos con el alma, con el corazón roto en mil pedazos cuando la tristeza embarga todo mi ser, pero también, he encontrado en cada lágrima una mano amiga que siempre confía en mí.
He tenido la buena fortuna de atreverme a pedir ayuda cuando la necesitaba y de encontrarla. De ayudar a otr@s. De equivocarme muchas veces y pedir perdón otras tantas. He tenido la suerte de no gustar a todo el mundo, de respetar el criterio ajeno y perdonar en silencio la hipocresía de quien, señalando con el dedo se atreve a juzgar, olvidando de su memoria, el dolor causado…
He tenido y tengo el gran gozo de sentirme viva, de ser consciente de lo afortunada que soy por cada experiencia, por cada error, por cada dolor, por cada beso, por cada abrazo y por las grandes lecciones de lo aprendido. He tenido y tengo la inmensa suerte de no solo creer en la suerte, si no de creer firmemente en la constancia, en la bondad y en las circunstancias. He dejado de creer en el azar y he empezado a creer, sobre todo, en mí misma.
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Te diría que el azar no existe, pero no es verdad, hablo por mi, pero a veces esa enorme suerte no es tal cuando aparece sin buscarla y te es arrebatada de antemano Creer en uno mismo y a veces tampoco. Conclusión…disfrutar del instante y aprender de todo lo que te lleva hasta ahí. Un abrazo.
A veces, la suerte no siempre es casual, sino que es producto del esfuerzo, del tesón, del trabajo constante y, sobre todo también, de la seguridad y confianza que tengas en ti misma. Esta seguridad no significa, sentirse superior a los demás. Se trata de saber, que internamente y con toda serenidad sabes, que eres una persona muy capaz de conseguir tus metas.
Por otra parte, te diré Paz, que lo ideal es vivir el 100% el presente con sus cosas buenas y por supuesto, con las no tan buenas; todo esto no significa, que no tengamos que fijar metas, organizar nuestras vidas proyectando nuestro futuro y valorando el pasado. Vivir el presente es un regalo en el hay momentos únicos e irrepetibles, que van desde los más pequeños y sencillos a los más importantes. Un abrazo grande.
La confianza en nosotros mismos nos ayuda a sentirnos preparados para hacer frente a las experiencias de la vida. Cuando estamos seguros de nosotros mismos, tendemos a acercarnos a la gente y a las oportunidades, no a alejarnos de ellas. Y, si las cosas no funcionan al principio, la seguridad en nosotros mismos nos ayuda a probarlo de nuevo. Excelente reflexión Rovica. Me contenta que tenga esa convicción frente a la vida.
Manuel, hay una frase que leí por ahí, que a mí me encanta, “Una flor no piensa en competir con las flores que la rodean; simplemente florece. Esa es la confianza que se debe tener en una misma”. Un abrazo amigo.
Creo que resume toda tu posición con respeto a ti misma.
La suerte tiene una influencia enorme sobre nuestra felicidad, es cierto. Un besazo.