Te voy a contar un cuento…Un cuento para mujeres del siglo XXI. Érase una vez en un país muy lejano, una hermosa princesa independiente, con una gran autoestima y que mientras contemplaba la naturaleza pensaba en cómo el maravilloso lago de su castillo cumplía con todas las normas ecológicas y, de pronto, se encontró con una rana.
Entonces, la rana saltó a su regazo y dijo:
– Hermosa princesa, yo era antes un hermoso príncipe. Una pérfida bruja me hechizó y me transformé en esta asquerosa rana. Un beso tuyo, sin embargo, me transformará de nuevo en un bello príncipe. Podremos casarnos y formar un hogar feliz en tu hermoso castillo. Mi madre podría venir a vivir con nosotros y tú podrías preparar mi comida, lavarías mi ropa, educarías a nuestros hijos y viviríamos felices para siempre.
Aquella misma noche, mientras saboreaba unas ancas de rana salteadas, acompañadas de una cremosa salsa con cebolla y de un finísimo vino blanco, la princesa sonreía y pensaba:
– ¡Ni muerta! ¡Anda y que te den…!
hacen bien en ya no caer en la provocación de esas alimañas, perdón ranas, que buscan engañarlas con esa vieja historia…hay que fomentar más princesas guerreras y menos princesas de oropel…
Eticadiaria, ¡Ole tú! Una mujer guerrera no necesita un príncipe ni a un hada madrina, ni a nadie que me dé un final feliz. Eso es algo que lo consigue, por sus propios medios. Buena tarde de sábado. Un abrazo amigo
Hay princesas sin trono, brujas de pacotilla y por supuesto príncipes que solo la esencia de lo que son ya es un milagro porque no necesitan transformarse en nada ni nadie. Feliz sábado, un abrazo.
Es cierto, de todo hay en la viña del Señor. Paz, a veces, para encontrar a un príncipe, se tiene que besar algunos sapos. Un abrazo grande.
Bien contado, Rovica, es un mal que se extiende más y más sun remedio.
Feliz sábado.
Es verdad😌. Claro, el problema es que los príncipes parecen no estar en ninguna parte. ¡Es normal! Esa imagen solo está en nuestra mente, por eso la mayoría de las personas no siempre responden a nuestras expectativas y el resultado es que al final terminamos decepcionad@s. Buen finde Enrique. Un abrazo amigo.
Para batracios estamos. Hoy para ser un buen principio o tener un buen principio hay que dominar el manejo de la lavadora. Un besazo.
¡Sí, por supuesto Carlos! Sin duda, un buen principio es saber poner la lavadora y el lavavajillas, ¡importantísimo!. ¡Ah! y algo de cocina también. Si no…👎👎👎. Un abrazo amigo.