En el fondo de un viejo estanque vivía un grupo de larvas que no comprendían por qué cuando alguna de ellas ascendía por los largos tallos de lirio hasta la superficie del agua, nunca más volvía a descender donde ellas estaban. Se prometieron una a otra que la próxima de ellas que subiera hasta la superficie, volvería para decirles a las demás lo que le había ocurrido.
Poco después, una de dichas larvas sintió un deseo irresistible de ascender hasta la superficie. Comenzó a caminar hacia arriba por uno de los finos tallos verticales y cuando finalmente estuvo fuera se puso a descansar sobre una hoja de lirio. Entonces experimentó una transformación magnifica que la convirtió en una hermosa libélula con unas alas bellísimas.
Trató de cumplir su promesa, pero fue en vano. Volando de un extremo al otro de la charca podía ver a sus amigas sobre el fondo. Entonces comprendió que incluso si ellas a su vez hubieran podido verla, nunca habrían reconocido en esta criatura radiante a una de sus compañeras.
El hecho de que después de esa transformación que llamamos muerte, no podamos ver a nuestros amigos o familiares, ni comunicarnos con ellos, no significa que hayan dejado de existir…
La Metáfora de la Libélula:
La metáfora de la libélula nos enseña una valiosa lección. La necesidad de aprovechar el día a día al máximo. Cuando la ninfa muda su última piel y emergen las alas es consciente de que su existencia será efímera. Es momento entonces de abrazarse al viento, de viajar, de explorar, de conocer un mundo muy alejado de su anterior zona de confort: el agua.
También nosotros debemos ser capaces de apreciar la vida con la misma pasión y delicadeza.
Precioso relato, maravillosa reflexión.
Muchas gracias, Rovica.
Abrazo grande.
Me alegra saber que te ha gustado. J. Antonio, te voy a contar algo que me llamó mucho la atención y que me ocurrió ayer en el jardín de casa:
Se posó una libélula en mi hombro, quede perpleja e inmóvil hasta que esta, después de unos segundos, emprendió el vuelo. Esta mañana dando una vuelta por las redes, me sale esto, sin más: “El que una libélula aparezca es signo de positividad. Significa que debes recordar mantener una perspectiva positiva, incluso, cuando las cosas se vean tristes o negativas” Casualidad, ¿no?. Despues me he animado a publicar este cuento en mi entrada de hoy. Muchas gracias por tu tiempo en leer y comentar. Un abrazo amigo.
Me parece una «casualidad» fantástica y preciosa. La naturaleza te cuida y manda mensajes de ánimos y vitalidad. Se nota que reconoce los bellos corazones.
Felicidades, amiga.
Abrazo
Sin duda tus comentarios nunca me dejan indiferente, siempre interesantes, muy aleccionadores e instructivos. Gracias J. Antonio. Un abrazo amigo.
💚💙💜
👍🏻🌼😊
Qué historia tan bonita, Rovica!! Me encantó. Preciosa y muy esperanzadora. Un descubrimiento maravilloso tanto esta historia como tu blog 😊. Un abrazo!!
Me alegra saber que, tanto esta historia como mi Blog te ha gustado. Mil gracias Cristina. Un abrazo grande.🌼😊