Dicen, que aquellos han aprendido a volar solos poseen alas más fuertes. No sabría decir cual es la fuerza de su vuelo, pero sí puedo asegurar, que no siempre proviene solo de la capacidad física, si no de la voluntad indomable de vivir cada día como si fuera el último y de la necesidad de aprender, ya que darían todo lo que saben, por la mitad de lo que ignoran y es ese pensamiento el que cada mañana, con gran impulso, les hace emprender el vuelo…al infinito…