No me hables de valentía. Te voy a explicar qué es ser valiente sin diccionarios actualizados, ni manuales bestsellers:
No desistir, perseverar ante las negativas y las puertas cerradas. Equivocarte, equivocarte mucho, ir en contradirección y perderte. Luchar por vivir, morder el polvo, aliarte con la soledad y ponerte el disfraz de oveja negra. Ser valiente es recorrer la cuerda floja arriba y abajo, sin red, con un vacío a tus pies que hace que te tiemblen las piernas.
Ser valiente es desnudarte con la ropa puesta. Que se te caiga una lágrima que habla de soledad, tristeza y verdad. Convertir los complejos en virtudes y vacunas. No eres la única persona con problemas, no, no tienes la exclusividad del sufrimiento. Paséate por un hospital, sabrás qué es valentía y se te irá la tontería.
Ser valiente es cambiar los peros por los voy, los túneles por los puentes, ignorar las señales de STOP que hay en tu cabeza más llena de no puedos, que de pájaros y ojalás. No me hables de valentía si no dejas atrás, lo que se quedó atrás, y si no te atreves a ser tu mism@. Porque eso, eso sí es de valientes. Una carrera complicada la de la valentía. No te rindas, nunca te rindas.
Totalmente de acuerdo, Rovica.
Abrazo dominguero.
Qué bien, J. Antonio. Buen domingo🌼. Un abrazo amigo.
Muy buen artículo, nunca hay que rendirse, hay que luchar por lo que uno quiere.
Un abrazo Rovica!
Muchas gracias Dakota. Como digo al final del texto: «Una carrera complicada la de la valentía» Y como dices tú: «Nunca hay que rendirse, sobre todo, luchar por lo que uno quiere». Otro abrazo para ti.
Completamente de acuerdo, nunca hay que rendirse. Un abrazo
Así es Nuria. Nunca hay que rendirse. Tarde o temprano siempre sale el sol. Buen día 🌼. Un abrazo 🥰