28 DE FEBRERO: DÍA DE ANDALUCÍA
Lo que dejamos atrás y lo que tenemos por delante no es nada comparado con lo que llevamos dentro…
Me siento orgullosa de ser andaluza. Soy viajera, pero hay cosas que echo de menos cuando estoy fuera y muero por volver con mi gente a mi tierra andaluza y no me importa que me llamen «exagerá», si digo: que su luz brilla en mí.
¡Ea, ya lo he dicho 💃!
Porque cada vez que cruzo Despeñaperros se dibuja en mi cara una sonrisa: “Ya estoy en casa”. Porque, cuando paso tiempo fuera, la ausencia me pesa como una losa que sólo encuentra alivio con el sonido del mar. Porque sí, porque me apetece, porque si volviera a nacer elegiría mismo lugar, mismos amigos, mismos sueños…
Un atardecer en esos veranos infinitos que nunca terminan. Las cañas de los pescadores se mecen con esas mareas diminutas, que en el Mediterráneo son apenas imperceptibles. Cuando voy al Atlántico nunca deja de sorprenderme lo que el agua es capaz de andar y desandar en unas horas, cómo deja varadas las barcas en la arena… La luz azul aquí es más clara, más brillante. El cielo, más nítido, siento es que el sol me deslumbra, me inunda, me empapa de Sur.
Un cuadro anaranjado al amanecer es ese mar de olivos verde que te quiero verde. Ese oro líquido, dicen que es el elixir de la eterna juventud, aceite de oliva; mi desayuno favorito, esa tostada de pan con tomate impregnada en ese dorado manjar. Fundido en el suave sabor de un salmorejo recién hecho. En la frescura de un gazpacho andaluz en pleno agosto. Sí, es cierto la gastronomía forma parte esencial de comprender una cultura, de mimetizarse con el entorno, y la disfruto muchísimo.
Leones convertidos en piedra por un hechizo. El borboteo de las fuentes del Generalife en esa canción milenaria de agua oculta que llora, entre leyendas de princesas que ya marcharon de La Alhambra para siempre… El bosque mágico de columnas y los arcos pintados en carmín de la mezquita de Córdoba, ¡la más bella del mundo! La silueta de la Giralda que me engaña a lo lejos llamando a la oración su versión más moderna una tarde en Marrakech… Esa arquitectura única fusión de oriente y occidente, el legado andalusí. Si hay algo que me llena de orgullo de ser andaluza es ese pasado multicultural. Al-andalus fue centro del mundo y su capital, la Ciudad Resplandeciente.
El sol se despide en las Marismas…Silencio, paz, aves que remontan el vuelo y surcan un cielo rosa pálido. Al este, montañas de nieve y campos de escarcha. Cañones de agua profunda y valles de niebla. Campiñas y humedales de flamencos, donde el lince ibérico se agazapa y sobrevive en su lucha contra el hombre y la extinción. Parques naturales con fauna y flora endémica. Allí en las cumbres luce sola, la estrella de Sierra Nevada…Sí, tesoros de los que sentirse orgullosos. Joyas que cuidar y proteger.
Mi escudo son esos pueblos blancos de cuestas retorcidas, cuyo trazado vela un castillo medieval. Nada como perderse por los callejones de tinaos con olor a castañas en otoño y a chimenea en invierno. El calor del hogar. Pero en el sur llega pronto la primavera. Se abren las macetas de geranios en un festival de colores. Los gatos atigrados duermen en los tejados al sol. Así florece la alegría de Los Patios en mayo. Para dar paso a los festivales en las noches estivales con sonido de guitarra, olor a jazmín y azahar.
Los danzarines del Amor Brujo de Falla. Las heroínas trágicas de Lorca hoy se quitan el luto y salen a tomar una fresca manzanilla en la feria. Ser andaluz es vivir en la calle. Reír alto, soñar fuerte. Cantar políticamente incorrecto y gritar verdades disfrazadas de carnaval. Lo llaman gracia o salero. Otros simplemente tenemos “malafollá”. Digan lo que digan, aquí las puertas de las casas están abiertas, como los brazos, al mundo entero. A España y la humanidad.
Por el “no ni ná”. Y ese acento que solo nosotros entendemos. Por las risas, el humor, la alegría gritando a los cuatro vientos. Por los monumentos, y las calles bonitas. Por lo que tenemos, y lo que somos. Por ese olor a jazmín y azahar que la hace tan especial. Por los abrazos fuertes, los reencuentros inolvidables, por las sobremesas sin fin. Por el pan con aceite. Por el arte que no se puede aguantá. Por el no me enfado, pero me da coraje. Por un “lo que surja” y ya está. Por la alegría, el salero. Los volantes, los lunares y las palmas. Por la compañía, por nosotros. Por eso que no se puede explicar. Que qué quieres que te diga, que como Andalucía, ná…
Me siento muy orgullosa de mis raíces por eso, desde mi blog quiero dar mi pequeño homenaje a mi bella ANDALUCÍA y desde aquí, felicitar a todos los Andaluces, en especial a todos los que se encuentren fuera de nuestra querida tierra…
¡¡¡ FELIZ DÍA DE ANDALUCÍA A TODOS !!!
Publicado por Rovica.
Pues te ha salido requetebién, porque lo has hecho desde el corazón, si señor. Ya somos dos. Un abrazo.
Felicidades y muchas gracias Paz. Un abrazo grande de andaluza a andaluza enamoradas de toda nuestra preciosa tierra como es Andalucía😊