Reflexionando he caído en los detalles de que no siempre lo que necesito es lo que quiero. Lo que quiero no siempre es lo que encuentro. Lo que encuentro no siempre es lo bueno. Lo que busco no siempre es lo acertado y lo acertado no siempre es lo que me hace feliz, porque no siempre 1+1 son 2. Porque el blanco también puede ser negro. Porque a veces, no, quiere decir sí, y, en ocasiones, tras un sí, se esconde un no. Porque no siempre hay que dormir para soñar, porque se puede soñar despiertos.
Porque una mirada dice más que mil palabras y, porque a veces, los silencios duelen más que las palabras. Porque se puede andar perdido, aunque pensabas, conocer el camino. Porque hay días tan oscuros como la noche y noches que brillan más que el día. Porque hay días para todo, porque todo, a veces, es nada y, porque otras veces, nada es todo. Quizás porque, hay quienes te tiene delante y no te ve y quienes te ven, sin mirarte. Porque no siempre correr significa llegar más lejos. Porque lo más pequeño, la mayoría de las veces, es lo más grande. Quizás porque en ocasiones un@ se salta sus propias reglas, para después, volver a cumplirlas y, aunque a veces se pierde, casi siempre se termina aprendiendo y, por tanto, ganando.
Reflexionar es bueno, aunque a veces sea torturarnos, porque todo es mucho más sencillo de lo que pensamos, solo que le damos demasiadas vueltas complicándolo de más. Un abrazo.
Reflexionar es detenerse. Observar con detenimiento desde la buena intención y desde la reflexión honesta y libre de prejuicios, brindando oxígeno y depurando el aire emocional. Un abrazo grande Paz.