Amo habitar mi piel. Mi mundo interno es todo un paraíso para mí, incluso en mis rincones más melancólicos, me siento a gusto conmigo. Conozco mi ser de punta a punta. Estoy orgullosa de todo lo que he hecho, del camino que hasta hoy he recorrido, de haber aprendido de los errores, y de todas las cosas buenas que con esfuerzo y constancia he conseguido, que con orgullo, puedo abrazar. Es cierto, que también alguna vez fui infeliz por mis tropiezos, pero hoy, he llegado a entender, que fueron peldaños necesarios para mi aprendizaje y crecimiento. Tod@s pasamos por momentos menos buenos. Las desgracias existen, de eso no cabe duda. Y todo@s vivimos en un mundo de espejos que reflejan nuestras carencias, agobios, miedos; reflejos que, a veces, no queremos ver y rechazamos, pero que, cuando los asumimos y le hacemos frente, nos superamos una y las miles de veces que hagan falta…
Habitar nuestra piel, muy bonito!
Muchas gracias Franco. Me alegra saber que te gusta. Un abrazo amigo.
algunos cometemos el error de tropezar con la misma piedra con diferente cara…besos al vacío desde el vacío
Cruzar la Noche, he oído decir, que: “La vida es tan buena maestra, que si no aprendiste una lección te la repite hasta que la aprendas”. Y sí, por lo que me comentas, creo que es una frase con mucha razón. Un abrazo amigo
Nadie se conoce mejor que uno mismo, lo que pasa es que a veces queremos enmendar esa plana que no es para nosotros y volvemos a tropezar en el mismo sitio y con la misma piedra u otra parecida, pero nada es para siempre ni tan siquiera los errores. ¿Modificarlos? Se puede. ¿Intentarlo? También. Tú eres lo más importante y el paraíso siempre puede estar a la vuelta de la esquina. Un abrazo.
La inteligencia no es no cometer errores, sino aprender de ellos. Nada dura para siempre, como muy bien dices Paz. Esa es la tragedia y el milagro de la existencia, todo es efímero, fugaz. Todo cambia, por tanto, lo mejor que podemos hacer es aprovechar el tiempo al máximo. Un abrazo grande.
A veces encuentro que por aquí dentro, habita también un tipo sorprendente. Un besazo.
Estoy segura de eso Carlos. Un abrazo amigo.