A veces, el recuerdo de una caricia lejana es mas intenso que la cercanía de un abrazo ya usado, una caricia leída en algún libro olvidado, encontrada en el detalle de un momento detenido, en los ojos de la lluvia, que hace lluvia en nuestros ojos. Lagrimas que arrastran sentimientos añorados, apartados por pequeños, encontrados por sinceros, nos recuerdan lo sencillo de una sonrisa, lo necesario de un beso, lo sutil de una mirada que de dentro va hacia adentro, la palabra capaz de romper es también capaz de sanar. El cariño se gasta por no gastarlo, la desconfianza mato la posibilidad, y cada día lo hermético de lo correcto nos aleja de lo espontáneo de ser persona. Damos de lado a aquel que tenemos al lado, por prejuicios o costumbres, la hipocresía ha vencido pero nunca fue creíble, calma a los colectivos dañando a los individuos. Lo mas valioso que tienes es el cariño que guardas, vacía trozos de ti para poder albergar pedazos de otros, es tan fácil intentar estar bien haciendo el bien, empieza por entregar lo que quieres que te entreguen…
Qué verdad tan sencilla y hermosa guardan estás palabras, querida Ro. Dar para recibir, abrirse para conectar, es la esencia misma del cariño auténtico. Gracias por recordarnos que el bienestar empieza por compartir lo mejor de uno mismo.
Un besito😘🌷
Muchas gracias querida Yvonne. El amor por uno mismo nos ayuda a encontrar sentido a lo que hacemos, nos da motivación en los peores momentos y nos otorga confianza para seguir adelante. Dar, recibir, el beneficio mutuo y el comportamiento recíproco nos cambian a nosotros mismos y al mundo. Que tengas una feliz noche. Un abrazo grande amiga🌼🫶🏻🥰
Así es, ama para que te amen. También ama y que no te correspondan…también. Todo suma. Al final el relato de cada vida es la secuencia de todo lo vivido, para bien o para mal, aunque lo segundo no nos guste a nadie. Un abrazo, querida Ro.
Ay Paz…Aunque muchos no lo digan en voz alta, en realidad no quieren amar, sino que andan en la búsqueda de alguien que los ame. Ese alguien, por supuesto, no puede ser cualquiera. Debe tener algunas “pequeñas” cualidades: la comprensión de un psicoanalista experto, la serenidad de un monje budista, la vitalidad de un proyecto de la NASA y el encanto de una celebridad de Hollywood. Se da por descontado que también debería tener destrezas notables en el sexo y mejor si viene acompañado de una buena billetera o un cuerpazo de otro mundo.
Así que, finalmente, si alguien decidiera encontrar la pareja ideal y consolidar una relación correspondida y duradera, probablemente solo tendría que conocerse a si mismo. Aceptar y valorar lo que es. Renunciar al egoísmo y aprender a amar con generosidad y respeto. Lo demás viene por añadidura. Buena tarde noche. Un abrazo grande.