Haz puenting si es lo que te apetece. Tírate en paracaídas si te mola. Bebe cerveza si te gusta, sino quédate con el tinto de verano. Queda con quien te apetezca quedar. O quédate en el sillón si es lo que prefieres. No te prives del chocolate si es lo que te apetece en ese momento, que ya habrá tiempo de ponerse a dieta. Sueña, canta, baila, piérdete por las calles… Lo que sea, pero que te llene. No llegues a casa pensando que hoy ha sido el mismo día de ayer, y seguramente el mismo que los días restantes. ¡Vive, joder. Vive.! Y si algo no te gusta, cámbialo. Y si algo te da miedo, supéralo. Y si algo te enamora, agárralo.
«Tengo que…», nunca es un buen comienzo. No hagas nada que empiece con esas palabras.
«Quiero/amo/me flipa/voy/puedo», es la mejor manera para construir tus frases, tus días y toda tu vida.»
Vamos, ¿A qué esperas?
Publicado por: Rovica.
Es cierto, Rovica. Nos limitamos a nosotros mismos en muchos aspectos. Cambiemos el sentido de las palabras y, sobre todo, creamos en lo que pensamos.
Muchas gracias Marcos. Es cierto lo que dices. Las palabras muestran nuestras emociones. En muchas ocasiones, la palabra es el primer paso para crear un camino que permite encontrar soluciones e incluso pueden hacernos cambiar hasta de ánimo. Buen día. Un abrazo amigo.
Creo que en mi caso eso de «Tengo que…» no va conmigo, o al menos a medias. He hecho muchas cosas y bastantes más me han quedado por hacer y aún así pienso que aún queda tiempo para «quitarnos la espina» de otras. De todas formas sí que el tiempo también nos gana la partida, pero no hay otra. Esperar siempre, y superar… cuando se pueda, pero al menos se intenta. Un abrazo.
Decía Albert Einstein: «La vida es como montar en bicicleta. Para mantener el equilibrio tienes que avanzar». Un abrazo grande Paz.