Y entonces, fue ahí cuando algo dentro de mí hizo «click». Donde inicié mi viaje desconocido y con miedo al principio, con mi única compañera por elección, la soledad. Tenía que conocerla. Necesitaba conocerla. Digo verdad, porque ya hacía tiempo que me tomaba de la mano, sin darme cuenta. Fue poco a poco, que ese concepto ya anticuado que tenía del amor, comenzó a evolucionar, por verdades más profundas.
La soledad es independencia, la deseé y, poco a poco, la fui conquistando. Al principio fue fría, pero, también, fue tranquila. Maravillosamente tranquila. Aprendí a estar conmigo, descubrí, que sólo yo seré mi única compañía eterna. Afronté y di la cara a mis propios miedos y los transformé en aprendizaje, en oportunidades.
Hoy puedo apreciar estar en soledad. Sé que cuento conmigo y saco lo mejor de mí. Esa es la única fuente de mi auténtica felicidad, la que esta en mi interior. Es ahí donde intento llenar esos vacíos que antes pretendía fueran llenados por otra persona. Es ahí donde me siento plena, donde ya no soy una mitad, soy un entero. Continuará…
la soledad por compañía, aquella que al volver derrotado a sus brazos me susurra…»Te dije que volverías….» besos al vacío desde el vacío
Cruzar la Noche, el momento más solitario en la vida de alguien es cuando está viendo como su mundo se desmorona. Un abrazo amigo.