Hola amig@s lector@s
Hoy, desde El Rincón de Rovica: ¿Y tú, sabes realmente lo que quieres? Cada día me vuelvo más exigente y menos transigente. Cada día tolero menos la mentira y la falsedad. He llegado a un punto en mi vida en el que ya no tengo paciencia para cosas banales.
Hoy exijo con quien quiero estar, a quien deseo tener en mi vida. Puede parecer egoísta incluso soberbia, pero ya no tengo porque albergar personas en mi vida que ya no me aportan nada.
Odio los caracteres altivos, egoístas, engreídos. Odio los conflictos y los enfrentamientos, las discusiones y las peleas. Las idas y venidas, el dar todo a cambio de nada. Odio el silencio, el silencio que se crea cuando se tienen que decir tantas cosas, cuando todo sería más fácil y sencillo si dijéramos lo que sentimos, sin dudas y sin miedos.
No quiero más historias tóxicas ni más experiencias desgastantes. Ya me cansé de adivinanzas, de juegos y de rompecabezas sin sentido, me gustan las cosas claras. Y por eso, no voy a entregar mi corazón a quien no lo merezca y mucho menos mi tiempo, que es demasiado importante para desperdiciarlo.
Exijo verdad. Exijo sentimientos reales que no lleguen manchados de mentiras. Adoro la libertad y lo que ella supone. Las personas libres, las que no dependen de nada ni de nadie. Las personas que te contagian su felicidad, las que te agarran fuerte y te llevan a descubrir nuevos mundos. Las que te despiertan, las que te empujan, las que a pesar de los problemas, lleven por lema una sonrisa. Las que te miren a los ojos y te transmitan magia, y las que a pesar de todo, tengan siempre sus brazos abiertos para refugiarte.
Es necesario saber lo que quieres, tener las cosas claras, y a partir de ahí poder elegir tu propio camino. Mantener siempre tus principios y tus valores por encima de todo. Arriesgar hasta la última oportunidad. Nunca dejar nada por hacer y nunca detener la lucha contra el miedo.
Evita a las personas que no te acepten como eres, tú eres lo más importante y al final quien te quiera te querrá con tus defectos y con tus virtudes. No cambies por nada ni por nadie.
Bandi y su Rincón