Ya no soy la misma, por muchas cosas y por nada a la vez. Quizás por un cúmulo de cristales rotos por los que he caminado más veces de las que quisiera, pero ahora soy inmune, ya no me duelen las pisadas, ya no me duelen. Ya no soy la misma y dejaron de afectarme muchas cosas más de las que pensé en su momento y, aunque tengo millones de motivos para callar bocas, elijo la calma, mi paz y mi tranquilidad. Prefiero respirar, mirarme muy adentro y abrazar aquello que tantas tormentas me costó capear. A veces me calé hasta los huesos, otras veces, me abrigué como pude, pero ahora elijo no mojarme más. Ya no soy la misma y es que no lo seré jamás. No me queda duda que la gente habla por hablar, otros por aparentar y, ante tanta tontería, es mejor callar. Aunque a veces, una parezca tonta, sé mucho más de lo normal.
Dejo a un lado, más de lo que quisiera, mi arranque y mi impulsividad, cuento hasta diez o veinte antes de decir «basta ya». A veces, una se culpa de cosas que, se ha demostrado, que no hizo mal, pero nadie te dice que, no fuiste tú. Siguen como si nada y todo sigue tan normal. Ya no soy la misma y es que, no lo seré jamás…
Publicado por: Rovica.
Y es que somos mutantes de natural. Un besazo.
A veces, solo a veces, eso es positivo Carlos😊Un abrazo amigo.
Y es que aunque la esencia sea la tuya, las actitudes, los gestos y tu afrontar de la vida estarán cambiando continuamente. Es así. Espero que pocas veces sea para mal porque las más siempre van para bien, al menos eso creo. Un abrazo.
Yo también lo creo Paz. La esencia es nuestra autenticidad y la brújula interna que debe guiar nuestros pasos en la vida. Por eso, a veces, hacer cambios es bueno y necesario. Un abrazo grande.